CLASES DE
RIESGOS
Los riesgos en el
trabajo pueden ser de diversos tipos:
Riesgos físicos: Su origen está en los distintos elementos del entorno de los
lugares de trabajo. La humedad, el calor, el frío, el ruido, etc. pueden
producir daños a los trabajadores.
Riesgos químicos: Son aquellos
cuyo origen está en la presencia y manipulación de agentes químicos, los cuales
pueden producir alergias, asfixias, etc.
Riesgos
mecánicos: Son los que se
producen por el uso de máquinas, útiles, o herramientas, produciendo cortes,
quemaduras, golpes, etc.
Riesgo de altura: Se da cuando las personas trabajan en zonas altas, galerías o pozos
profundos
Riesgos por gas: Se dan cuando las personas trabajan manipulando gases o cerca de
fuentes de gas.
Riesgo de origen
eléctrico: Se produce cuando
las personas trabajan con máquinas o aparatos eléctricos.
Riesgo de
incendio: Se produce al trabajar en ambientes con materiales y elementos
inflamables.
Riesgos de
elevación: Aparece al
trabajar con equipos de elevación o transporte.
Riesgos de
carácter psicológico: Es todo aquel que
se produce por exceso de trabajo, un clima social negativo, etc., pudiendo
provocar una depresión, fatiga profesional, etc.
Riesgos
biológicos: Se pueden dar
cuando se trabaja con agentes infecciosos.
Una vez que se
han identificado los riesgos, el paso siguiente es proceder a su evaluación.
Evaluar: quiere decir estimar en lo posible la gravedad potencial de los riesgos para poder implantar las medidas preventivas más adecuadas. A la hora de evaluar los riesgos debemos tener en cuenta dos factores por un lado, la probabilidad de que ocurra un hecho, y por otro, la gravedad que puede tener sobre una persona.
Gravedad
Potencial: Se define como el
resultado de la probabilidad de ocurrencia del daño, por la severidad del
mismo. A su vez, la probabilidad de que un riesgo aparezca es igual al nivel de
deficiencias o concentración de agentes dañinos que existan en el entorno de
trabajo, más el tiempo de exposición de la persona a esas deficiencias.
Ejemplo: Ante un escape de gas un empleado permanece en la sala de trabajo
sin moverse. En este caso, la deficiencia, -el escape de gas-, unida a la
exposición de la persona -que al no ser consciente del escape de gas no
abandona la habitación-, incrementan la probabilidad de un riesgo que, además,
y por la severidad del daño, es altamente grave y peligroso
Así pues, cuanto
mayor sea el grado de concentración de ese factor y mayor sea la exposición más
alta será la probabilidad de que esa persona adquiera una enfermedad
profesional, o se produzca un accidente.
Las dosis límites y los límites de exposición se deberán establecer para un tipo medio de persona sana, sin descuidar las sensibilidades que cada individuo particular pueda tener.
Por tanto, la
acción preventiva deberá encaminarse, principalmente, a la reducción de la
probabilidad de ocurrencia de los riesgos laborales; Así, es conveniente
conocer qué factores de riesgo existen, las dosis en las que se presentan y qué
exposiciones son peligrosas para las personas con el fin de eliminarlos o
reducirlos en lo posible.
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